Segunda etapa de nuestro viaje, llegamos a una ciudad que rezuma historia por los cuatro costados, batallas, luchas religiosas... una ciudad que es bella y rebelde (belle et rebelle)... bienvenidos a La Rochelle...
La Rochelle ha representado históricamente una frontera marítima capaz de decidir reinos y enfrentar a paises durante siglos, fue de propiedad inglesa durante un largo tiempo, conquista estratégica en la guerra de los 100 años, foco de la religión protestante durante otro largo periodo, asediada y aniquilada por el reino francés de Luis XIII y del Cardenal Richelieu... vamos, que aquí levantas una piedra y te encuentras a un soldado con ganas de trincharte como a un cerdo...
Afortunadamente en la actualidad La Rochelle es una ciudad mucho mas tranquila pero que no ha perdido un ápice de su interés, con una población multicultural y unos edificios y monumentos en los que se detecta claramente su pasado inglés y sus diferentes periodos bélicos... vamos a conocer La Rochelle...
El antiguo y nuevo puerto representan el corazón y a la vez la puerta de entrada a esta ciudad y sus torres de San Nicolas y de la Cadena se erigen como vigilantes y guardianes de su protegido puerto interior...
Actualmente el puerto está repleto de yates y veleros modernos, un espléndido sol nos recibe a nuestra llegada pero no resulta molesto porque viene acompañado de un ligero viento que agita los mástiles de los veleros haciéndolos sonar como campanillas que acompañan nuestro caminar...
Y que no se quejen los barcos... que es la primera vez que vemos un faro en medio de una ciudad... tal es la influencia que la navegación marítima ha tenido siempre con esta localidad... pasamos al lado del faro du Quai Valin... "encastrado" entre dos edificios y que debió servir a los barcos para llegar justo justo al lugar de atraque elegido en el puerto... vamos como un gorrilla de los de ahora que te indica donde dejar tu coche en el parking...
Pero La Rochelle no es solo una ciudad plagada de historia y de leyenda, como ya os comentamos es una ciudad repleta de modernidad y de multiculturalidad... dadle al play, dadle...
Llegamos a la gran puerta del Reloj que nos permite acceder al centro histórico de La Rochelle...
Y comenzamos a hacer lo que mas nos gusta, callejear, siguiendo uno de los itinerarios indicados por el mapa que nos han facilitado en la oficina de turismo pero también dejándonos llevar sin rumbo para tratar de conocer algunos de los rincones menos conocidos de la ciudad...
Así que callejearemos por los famosos soportales de la ciudad...
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