Mont-Saint-Michel, un espectáculo "multitudinario" (08/08/22)

Este viaje tenía fijados de inicio algunos lugares clave que considerábamos debíamos visitar si o si... uno de ellos es el Mont-Saint-Michel, paradigma de la colección de fotografías que ilustran todas las guías de viaje del norte de Francia y que se ha convertido en el segundo lugar mas visitado después de la torre Eiffel...

A fe que durante nuestra visita podremos confirmar que lo que llegan aquí son mareas de gente que nos hace pensar si no sería necesario una reconsideración en cuanto a limitar las visitas a ciertos lugares tan paradigmáticos, porque aunque las visitas a la propia abadía que corona este monte si están limitadas por tramos horarios, no hay ningún control en cuanto al volumen de personas que visitan el resto del monte... mas adelante volveremos sobre esta cuestión... vamos al turrón...


No podemos negar que el lugar merece una visita aunque solo fuera "desde la distancia", una abadía y un pequeño pueblo "encaramado" a un monte que se sitúa solitario en una planicie y que se encuentra cada seis horas sumergida por el agua en una profundidad variable dependiendo del capricho de las mareas... ¿mola, verdad?

La historia del monte y de sus habitantes es larga en el tiempo y siempre está ligada a los designios de la abadía que corona el lugar (que incluso llegó a ser cárcel durante un tiempo)

¿Quiere usted saber mas de Mont-Saint-Michel? - Pinche aquí

Tras comenzar a "vadear" mareas de gente nos encaminamos a la abadía... para entrar a la misma sí que hay límite de turistas por lo que, esperamos, dentro estemos algo mas tranquilos...


Efectivamente, aunque también hay mucha gente visitando la abadía, al realizarse la visita de una manera "dirigida" no resulta tan agobiante la cantidad de gente que está visitando el lugat y podemos disfrutar de las explicaciones de nuestra audioguía mientras pasamos de estancia en estancia... la iglesia, el claustro,...



En la parte superior de la abadía hay una terraza desde la que se tienen las mejores vistas de los alrededores del islote... el mar parece encontrarse muy lejano (cuando la bajamar es mas acusada, a unos 18 kms.), cuesta pensar que algo mas de dos horas se encontrará besando las murallas del monte...



Los turistas, cual hormiguitas en la distancia, siguen llegando al monte... no se donde vamos a meter a tanta gente...

Vamos finalizando la visita y salimos a los jardines de la abadía... allí podremos degustar nuestro almuerzo mientras esperamos la llegada de las aguas...


Como ya hemos comentado, uno de los aspectos mas peculiares de este lugar es lo llano de sus alrededores... esta peculiar característica orográfica provoca que las mareas sean espectaculares y que la llegada de las aguas aisle al islote durante unas horas dos veces al día...
La intensidad y altura de estas mareas no es uniforme a lo largo del año, diferentes coeficientes de marea provocan alturas que pueden diferir en varios metros de una pleamar a otra... de ahí la también la variedad en lo que respecta a la espectacularidad de la llegada de las aguas... el día de nuestra llegada el coeficiente de mareas era muy bajo, de 52 por lo que las aguas llegarán lenta y mansamente hasta el monte...
No obstante... el espectáculo incluso en este día "bajo" es merecedor de atención...


Nos prestamos a salir de la abadía... lo que nos encontramos afuera llega a preocuparnos... casi no se puede caminar... no sabemos de que trata la "manifestación" convocada pero la verdad es que está siendo multitudinaria...



Nuestra intención era caminar y recorrer las bonitas calles de Mont-Saint-Michel para apreciar sus edificios medievales, sus rincones, cantones y callejuelas... pero en lugar de eso nos vemos obligados a vadear mareas de gente y tratar de llegar hasta la puerta de salida sin prisa pero sin pausa...


Nos despedimos de un lugar fantástico, de cuento,... propio de leyendas y origen de sueños...
Guardaremos este recuerdo en un bolsillo especial de nuestra mochila...



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